con ese premiazo arquitectónico que trae a jalones de pelos a los sepulcros blanqueados, ni, sobre todo, a treparme a un avión de la línea aérea del pueblo bueno. No es por falta de ganas.
En este sentido, citó las palabras de Jesús, quien comparó a estos individuos con " vosotros sois como los sepulcros blanqueados, bonitos por fuera pero dentro llenos de huesos, de muertos".